29.12.08

**Sonidos sin palabras**


Llega un momento en el que los que trabajamos con la palabra descubrimos que, para comunicar, sus enlaces, sus sumas y restas forman parte de un juego que, a menudo, se escapa y no todos podemos asir. A veces un “adiós” no es más que un “hola” distinto, a veces un “no” se habla más con las manos que con los labios…
Estamos acostumbradas a no reparar en esos “um” que despreciamos por su parquedad, su simpleza, su escaso aliento, olvidándonos de su gran capacidad semántica. Que el lechuzo, cachitas, marido, novio, amante, amigo de todas y cada vez más de todos, esconde sus ojos tras los cristales cuadrados de su mirada y suelta una especie de gruñidito, no se lo toméis a mal: el niño tiene un día difícil, pobre.
El truco: dejad de preguntar, hablad con otro, olvidad que está allí, esperando, acurrucado, rezagado, entonces os verá como una presa que escapa de su mochila y hablará, sin respiro, sin fin. Su “um” puede ser un me alegro de que me preguntes, me gusta verte e, incluso, gracias por estar ahí, amiga. ¡Qué maravillosa imaginación la de las lechucitas! ¡Viva el mundo de Peter Pan!
Por eso es la adolescencia la que mejor entiende esos sonidos nasales, porque necesitan de un esfuerzo en la comunicación, porque precisan el descodificador de la fe, de la ilusión, del mundo de gominolas; así, un “um” puede ser un beso, un buenos días, un te quiero; un “um” puede ser, incluso, más claro que el silencio.
Es un sonido exótico, vibrante, un sonido que anhela más: colores, razas, juventud. Su secreto sabe a tablas de gimnasio, a la fuerza de una tierra, a aroma de rectitud, a quien entiende el valor del dinero, a quien planifica y estudia todas las opciones, a quien da y espera, a quien, ya cercana la madurez, ha aprendido el valor de la verdadera amistad, sin perderse en el sexo, la edad o el trabajo. A quien sabe descubrir lo mejor.
Y si solo quieres palabras, lechucita, entonces, ¡vete al cine!

18.12.08

**Vino sobre vino**


Luces, villancicos, nieve, tilín tilín, llega la Navidad... y las cenas de empresa. Peligro peligro. Y todo por el frío..., pobres maridos, novios y amigos, hay que entrar en calor e incita el remedio perfecto: la excitante alegría de un vino tinto. El resultado... ya sabemos: rutina de caza mayor y paciencia, mucha paciencia. ¡Cuántos amigos!
Siguiendo con las burdas rutinas de seducción, hace unas semanas me topé con el libro Sexcode, basado en las enseñanzas de un grupo de listillos que intentan abducir a los pobres lechuzos descarriados que han perdido la confianza en sus propias, escasas o nulas habilidades amatorias.
Según estos científicos del amor, con una serie de ejercicios y cuidando el aspecto exterior, cualquier TB (tía buena) puede caer rendida ante un fracasado que se haga pasar por un macho alfa, es decir, el líder del grupo. Y como nosotras somos tontas...
Su primer consejo parte de entender que las mujeres funcionamos como semáforos y, en cambio, los machitos son un interruptor. Así, tendrán que visualizar si estamos en “para”, “ya veremos si pasas” o “abierta a cualquier propuesta”. Mientras, ellos se encienden con un simple juego de dedos: clic, clac (no se valoran mucho, no).
Nuestro ingenuo juego de lucecitas lleva más trabajo, pero la forma de ponernos verdes es sencilla: primero, no mostrar interés si la TB no lo sugiere antes. Otro punto importante será dejar ver que el resto de la manada se siente muy atraído por él. Quedando, tan solo, desafiar la inteligencia femenina con el reto del “ahora frío, ahora calor”.

Sigo prefiriendo la gente de verdad y tropezarme con la sinceridad de un buen vino.

11.12.08

**Nada se puede comparar**




Las comparaciones siempre son odiosas, sí, no vamos a negarlo, y las lechuzas somos muy mañosas en aplicar un examen detallado a cualquiera que se haya atrevido a ocupar nuestro lugar: “Pues yo soy más guapa, tiene pinta de ser facilona o más tontita...” o lo que sea, el caso es buscar consuelo y sacar las garras ante esas contrincantes tan inoportunas, pero lo cierto es que algo tendrán que las hace pisar más fuerte y triunfar. Debe de ser como lo que pasa con la calidad del esperma de los españoles.
Según un estudio realizado por el Instituto valenciano de la infertilidad, el semen de nuestros lechuzos patrios está en la cola de entre los europeos: somos novenos en volumen y décimos en movilidad y concentración, superando, solo, a belgas y a turcos, lastimica.
Pero, a pesar de ser de los lentitos, de estar peor dotados y ser más gandules, resulta que, cuando se ponen a la tarea, cumplen. Y no se complican ni con carreritas ni con zarandajas, directos al grano y ofreciendo lo mejor de sí mismos. Y, si son pocas sus cualidades físicas, no importa, ahí van, directos a la meta y ganando al esprín. Nuestros machotes son los segundos en capacidad para lograr la gestación, ¡oleee! Y es que, cuando uno de los nuestros se pone, se pone de verdad, y otra cosa no tendrán, mas, a cabezones, no les gana nadie.
Comentan, los investigadores, que esta curiosidad es resultado de la alimentación, la vida saludable y la menor incidencia del estres en nuestro país. Vamos, que las madres españolas nos los legan mal educados pero apañados y sanotes, algo es algo.
Y es que la vida es así, da igual como seas, la apariencia, tus formas, tu inteligencia, los que vencen y conquistan son los que están más dispuestos a luchar por lo que quieren.

Nothing compares to you

4.12.08

**Dejad marcada mi piel**


Pensaréis que es algo estúpido, que el espíritu de Nancy Sinatra o el típico carácter femenino están empezando a invadir este apolillado corazón, ay. Y es que hoy me siento con ganas de confiar, de creer en mis melosos lechucitos: sí, sí, aún pueden cambiar, incluso aprender, mejorar… Venga, chicas, un empujoncito.
A ver, pequeños pajarillos, está muy bien el apasionamiento, el calentón, el achuchón rápido y preciso, pero no, no, a nosotras no nos gustan las líneas rectas, preferimos las curvas, los caminos lentos, enrevesados… el tiempo preciso, las caricias que dejen borrada la piel. Y no hablo de esas infantiles marquitas con las que algunos van rotulando los cuerpos y cuellos ajenos, hay cada inmaduro suelto… ja, ja, ja.
Mis lóbulos, cada una de las fisuras de mi envoltura, mis pliegues y terminaciones, nuestro cuerpo… es suave, pero complejo, delicado, no hay que frotarlo, el genio está fuera, lechucitos.
Sí, arrancar la ropa, romper cremalleras, resquebrajar lanas, linos y algodones tiene su punto, pero ni los botones ni los broches son rompecabezas, ¡un poquito de lucidez, por favor!
Seducidnos, fuera calcetines, bienvenida elegancia en el desvestir, hacednos imaginar que queda más; hacednos ceder, padecer, desesperar…
Vale, habéis visto miles, cientos de escenas cargaditas de eso que confundís con sensualidad, mas, lástima, ni silicona, ni perrita, ni muñequita, ni raíces negras que escondan mi mente rubia… ¡Corten! Bienvenidos a la realidad.
Y no, no os disculpéis, eso no es normal, ese pequeño plastiquito molesta, incomoda, pero ni baja, ni sube, ni agranda, ni empequeñece. No es mamá, y no podéis esconderos detrás.
Conozco muchos nombres sin camino y sé que, si ríen, solo un poquito, tal vez puedan olvidar las noches sin respuesta, las mañanas rotas y quizá, así, el tiempo de romances vuelva.

29.11.08

**Cachivaches del amor**


Ya llegados los treinta, qué te queda, princesa: volver a soportar lo ya vivido, aguantar los nuevos embistes, que ni son nuevos ni empujan tanto como prometen… Ay, no. Bienvenida al mundo de los juguetitos; rosas, blancos, redondos o alargados, qué más da.
Sí, ellos conmueven cada uno de los resortes de tu cuerpo, pero no con lágrimas falsas; ellos te elevan a un clímax que nada tiene que ver con los vuelos nocturnos de los machitos de la noche; reactivan tu circulación sin necesidad de esperar y esperar ni un guiño, ni un hu-hu falso y repetitivo…
Vete pensando en el regalo del próximo año: ¿patito o conejito? Necesitamos tanto de tu felicidad que no nos pidas un lechuzo, amiga. Sí, son fáciles de conseguir, pero no los hacen recargables y, ya sabes, con la funda siempre se atascan y no merece la pena darles el golpecito de rigor, no siendo que no puedan ni reciclarse como artilugios usados y la siguiente se quede sin la cremita de su amor, ja.
Déjate seducir por tu mantita del amor, acurrúcate entre el suave tacto de su lana, cortéjala como solo tú sabes, derritiendo hasta al último ácaro que soporte, junto a tu elevado busto, los largos fríos de ese invierno, tan lejano y cercano, tan gélido y placentero. Y, si un día, reniegas de sus promesas y empiezas a creer solo en las tuyas, retiraremos nuestras alas y permitiremos tu blanco y flamante vuelo ilusionado, habiéndonos, ya legado, la dulce y elegante mirada, tu eterna confianza en el cortejo, en la delicadeza, en el aprecio a uno mismo, en el amor…

Nunca cambies.

21.11.08

**Títeres de las musas**


Cata cata pum... Hay momentos en los que el destino se ríe de nosotras y nos sentimos como muñequitos subidos en un teatrillo de farsa, para la burla de unos diablillos juguetones que tiran de esos hilos que rasgan.
Y es que esto del amor no sigue razón. Un tirón, y te enamora, otro tirón y lo aborreces; tú, hipnotizada y tan feliz, pero un día se te parte un hilito y te sientes sola, y, al rato, te duelen tanto tus remiendos que te quedas inmóvil en el anfiteatro, deseando que se olvide de ti el pinocho de turno.
Mas, las lechucitas somos coquetas y los enganches, anticuados; por eso preferimos desatarnos y tratar a otros cual monigotes, y es entonces cuando ninguno se resiste: ni chulitos ni sosos ni raritos. Un solo susurro paraliza los movimientos de más de seis o siete. Dices “ven” y solícitos caminan; desprendes tu perfume... y se derriten sus neuronas. Pues, ay del pobre que sucumba a las garras de una lechucita que conozca su poder. Se acabó la reflexión, el juicio y la tranquilidad. Nuestras palabras son como guiños picarones y nuestros gestos malvados requieren su continua atención. Quién es el galante que escapa a unos ojos que pidan guerra. “Ven y ven y ven, chiquillo vente conmigo...”
Él, cautivo, mas la rueda gira y, en uno de los tirones, el nudo tensado se corta y eres tú la enganchada, por una cuerda tan poderosa que siempre la tienes presente, y su violencia te impide el sueño y quita el hambre. Y es que la vida es así; hoy, vencedor; mañana, vencido. En esto del amor, no existe eso del bueno, el malo y el feo... Bueno, venga, el feo sí.
“... Como los muñecos en el pin pan pun”.

14.11.08

**La apatía del falso amor**


La niebla de las películas en blanco y negro, el romanticismo de las novelas de amor, las melodías de seducción… Todo nos ha conducido a creer que las relaciones de pareja y los hijos son imprescindibles en una vida plena, sobre todo en el caso de la mujer.
Da igual toda la basura que transparentan las parejas que sobreviven a nuestro alrededor, seguimos encaminándonos hacia esa luz que quema nuestros cerebros y nos hace olvidar quiénes somos. Unir es un verbo casi mágico, no seré yo la que reniegue de él, pero ¿deseamos realmente un compañero de viaje o seguimos creyendo que lo ideal es encontrar esa media naranja que nos complete y así formar un todo? Lo siento, pero a mí no me falta ninguna pieza, llegué bien rematadita de fábrica, aunque dejé un hueco en el embalaje, por si algún angelito desea engrasar mis tuercas corroídas.
Y, a pesar de todo, me puede la ternura, la fantasía y las patéticas mariposillas que agujerean mi cuerpo y manipulan a su antojo las muecas de mi cara. Mi quijotismo me confunde una y otra vez y sigo chocándome contra las aspas de unos molinos que ni muelen ni se transforman en bellos y bizarros gigantes. Y mis alas se aplastan contra sus muros, vacíos por mil excusas: infidelidad, tentaciones, alelos, trabajo, familia…
Ay, mis pobres lechuzos, a nosotras nos educan en la sumisión y en la paciencia, a vosotros os coartan vuestros deseos, os fuerzan a confiar en el engaño porque creéis que nosotras estamos partidas por la mitad y tenéis que elegir entre la apariencia y la verdad, cuerpo o mente, sexo o paternidad. Y por eso reinventáis el amor loco y el querer a dos mujeres a la vez: una apaga vuestras ansias de rebeldía, de charla y placer; la otra acompaña las noches de paseos y la continuidad de palomitas y versos.
No os ejercitan en la competencia, os adoctrinan para que trabajéis, para que seáis disciplinados y efectivos, y algunos jueguecitos se os empiezan a quedar muy grandes. Es una lástima, pero a mis lechucitas deberían ponerles un cartelito: peligro, provocamos adicción y matamos lentamente. Abstenerse niños, pues estamos curtidas y completitas.

6.11.08

**Sin más pretensión que amarte**


Los cabellos que eran sol han oscurecido, los cuellos de cisne y la tez de azucena se pierden en el tiempo, ya no somos su Aurora ni su descanso, no existen guerreros ni conquistadores y, así, poco a poco, se han ido perdiendo las divinidades y las ninfas del deseo. Ya solo queda lo visible, mujeres mujeres, ni honestas, ni castas, ni esclavas. Y puesto que el ahora exige simplicidad y piedritas que señalen el camino, vamos a ponerlo fácil y a concederles una revelación: ¿Qué buscamos en un hombre?
Si nos ponemos a escuchar a las típicas cursis o leemos sus comentarios en las “revistas de mujeres” entenderemos dos puntos fundamentales: queremos "casarnos" con un hombre familiar, que nos regale cosas, atractivo, galante, cariñoso… y estamos ciegas. A mí que me expliquen qué tiene que ver el amor con todo eso. Si fuera un sentimiento racional…
Lo cierto es que, al final, acabamos colgadas del primer panolis que nos haga sentir especiales, atractivas, diferentes al resto, porque, por desgracia, nuestra lucha no es con ellos, es con nosotras mismas y nuestro ego. Si un lechuzo nos acelera el corazón con solo mirarnos, pero es invisible para el resto de lechucitas, mal. Si un lechuzo seduce a todas y acaricia con sus palabras sus oídos, ufff, ahí sí sale el “¡madre, madre, como está!”. Como lo de generalizar no va con nosotras, es cierto que esto no siempre se cumple. Lo que no falla es que da igual lo que busquemos: un padre, un amante experto, fidelidad… Llega un punto en el que no sé por qué, enterramos todas nuestras pretensiones y olvidamos que ese que nos encandila no será nuestro compañero ideal o no quiere repartir su apreciada semilla, que no es delicado ni detallista, que no nos valora ni ama, y seguimos soñando con él, simplemente, porque no lo podemos tener.
Pero si me preguntáis que quiero yo, la más anciana, la más perdida, la más; os seré sincera: deseo seguir conociendo y aprendiendo, me atraen las ganas de vivir y de descubrir lo diferente, no me gusta el reposo de la provocación, no disfruto con la apatía ni con el todo ya está hecho. Quiero hormonas desbocadas, palabras licenciosas, regalos inconscientes. Me aburre la perfección y la facilidad. Mas, finalmente, solo una cosa me conquista: el vicio de sentirme amada.
Lechucitas, esperamos vuestras respuestas

31.10.08

**Noche de viudas negras**


Ese bichito repugnante que aplastamos sin piedad bajo la suela de nuestros monísimos zapatos, empieza a mostrarse, ante mis ojos, como una hermana más. Así, llega un momento en la vida en el que la pregunta es clara: ¿Mantis religiosa o viuda negra?

Por desgracia, la mayoría de nosotras dejamos escapar a nuestros machos para que se arrimen, una y otra vez, a una nueva dama negra de la virtud. Mientras la mantis religiosa aturde y devora al maridito de turno, siempre ha habido calzonazos; nosotras, cual viudas negras, mordemos a las pequeñas arañitas macho e inyectamos un veneno que, las más de las veces, les permite escapar de nuestra voracidad y dejarnos insatisfechas y con el vientre vacío.

Pero, ay de la ocasión en la que el fecundador se afana en la tarea y nuestro líquido demoníaco paraliza su abrillantada musculatura; nosotras, intrepidas tejedoras, cercenamos toda su masculinidad para comernos lentamente todo su oculto potencial y absorvemos su escasa inteligencia, inutilizando hasta su capacidad para el lenguaje.

Así, mis queridas lechucitas, si alguna vez os cruzáis con uno de estos especímenes y ni alza la mirada ni demuestra que sabe saludar, enredado en el brazo de su nueva novia, esposa o amante, no os preocupéis y saludarla, a ella, con un signo de alabanza, por fin ha descubierto que ellos no son más que un buen alimento y que vale más su silencio que su retórica.

¿En una noche de apariciones y recuerdos sepultados, encontraremos un disfraz conforme a nuestras intenciones? ¿Morderemos labios con nuestras bocas rotas?

Vamos a matar fantasmas y a hacer cosas malas.

27.10.08

**Planto a la lechuza encanecida**


Llegará una edad de tinieblas, de arrugas en el alma y en la piel, de recuerdos de belleza e inocencia. Olvidaremos la sensualidad y el erotismo, mientras perdemos la batalla con un cuerpo que ya no habla de juventud.
Pasaremos por la calle y no nos mirarán, nuestras canas serán el símbolo de nuestra decadencia. Olvidarán nuestro nombre y nuestras caricias serán ásperas e inútiles. Blandos, fofos y caídos, nuestros pechos ya no elevarán nuestra belleza.
Los parques columpiarán a los hijos que nunca tuvimos y las lágrimas consolarán los instantes de amantes perdidos. Extraviadas las facultades, derrocharemos despistes y erraremos los caminos.
Pero los años de placeres que han dejado estériles nuestros cabellos, los bailes, besos e ilusiones; la holganza y la provocación en nuestros cuerpos, sostienen nuestro pasado y no abandonarán nuestro futuro.
Confieso que existe una lechuza de rostro impasible y su presencia es todo un ejemplo de cómo conservar belleza, dignidad y carnes prietas, a pesar de los años de abandono a la perversión y al desorden. Canas, calvas y fragancia de tabaco oculta su osamenta, mas, en sus entrañas, crece perenne la amistad que, guardada en ella, no es sensible al paso del tiempo.

Te esperaré en la residencia, con el gotero y la piel de sandía en mi regazo.

23.10.08

**Feromonas de seducción**


¿Involucrada en el reto de la conquista?, ¿perdida dentro del mundo de la seducción? Los versados en esto de la atracción y el amor (llamémoslo así) llevan años estrujándose las neuronas para ofrecernos unos mandamientos elementales: Lo primero digno de destacar es que no deben notarse tus depravadas intenciones, eso sí, mientras disimulas, nunca olvides lucir tu cuerpazo, parecer más joven (no nos engañemos, algunas ya lo tienen bastante complicado), natural...; si te habla, mírale a los ojos, parecerá que te interesa su conversación y se sentirá importante (angelico); busca la soledad en vuestros encuentros, porque la belleza no es nada, nada trascendente para un lechuzo, y, podría descubrir que tus amigas son más imponentes que tú (algo inverosímil) o que llevan adosado el don de la asimetría, y esto puede alterar sus primeras impresiones sobre tu desbordante hermosura.
Nunca te olvides de sonreír; si ya no te saluda: sonríe; que ni se acuerda de tu nombre: sonríe. Tienes que mostrarte independiente, segura y femenina (y con alas, como buena lechuza) y, a la vez, necesitada de sus caricias (umm). Trata de demostrarle que vuestros gustos, aficiones y estilo de vida son similares (viva el mundo del motor).
Y si, después de arreglarte, cargarte la amistad con tus amigas, desgastar la tarjeta de crédito en boutiques de moda, sufrir rigidez muscular de tanto reír y reír mientras le guiñas un ojo, mostrarte fresca, interesante, sumisa y sensual, hábil conversadora, especialista en fútbol, maternal, dulce e insaciable...; na de na, continúa con tu esperado sometimiento y llora abrazada a la almohada... ja, ja.
Somos química y, si no la hay, a buscar otra pócima que acelere tus latidos y, cuando ocurra, no le demos la espalda, lo demás, ya lo iremos viendo.

17.10.08

**¿Pardales irresistibles?**


Muchas veces, nosotras nos sentimos atraídas por lechuzos de encantos muy ocultos, esos que nadie más ve ni logra entender (una anomalía hormonal). Otras, vamos todas, cual lobas, olfateando detrás del mismo gavilán, de atractivos más que evidentes. Entonces, la batida está servida y, en lugar de hacer visibles nuestros propios encantos, actuamos como tórtolas y ponemos nuestras miras apuntando al portapresas del resto de contrincantes.
Ay, no, lechucitas, gran error. Ni estamos de caza, ni esto es la guerra. ¿De verdad alguien piensa que merece la pena mirarnos mal?, ¿quién se beneficia de nuestra pequeña reyerta?
Si, al final, sea cómo sea, el resultado es el mismo: feos, guapos, complacientes o desaboríos, no hay quién los entienda... y no seré yo la que me consagre, cual sacerdotisa romana, a un solo dios pagano. Resulta más efectiva la entrega al agasajo personal, al cortejo propio y al culto preciso.
Voto por lo carnal, por sacrificarnos al fuego sagrado, a la delicia prohibida, al sortilegio... Veto la caza menor, me resisto a seguir unas reglas de juego impuestas por un alguacil endemoniado, que solo favorecen al que menos nos valora.
La calidad de la presa no precisa osadías ni bravuras y las lechucitas no pretendemos enfrentarnos con felinos por catar un tierno pardal.
Mas, desde la benevolencia que me otorga la altura de mi quebrado madero, entiendo que hasta las más impasibles despedacen rivales tras cebos, como El Duque, de atrayente complejidad.

9.10.08

** Carne blanca de sandía **


Ni rojo, ni rosa, ni na... el color de moda es el blanco, el blanco sandía. Pasemos del azul viagra, porque ha llegado la verdadera sandía del amor. ¡Yujuuu!
Al final, le vamos a coger el punto a los científicos encargados de las cosas raritas, no sé a qué mente privilegiada se le ha ocurrido analizar los componentes de la nueva fruta de la pasión, pero ha descubierto que contiene licpoeno, betacaroteno y citrulina, que se encuentra, sobre todo, en la parte blanca de las sandías y ayuda a animar a nuestros lechucitos y a ponerlos a tono, dilatando los vasos sanguíneos e intensificando todo su potencial.
¡Adiós a la disfunción, viva la pasión! Si es que esta tierra tenía que dar cosas buenas.... brotamos nosotras y esa fruta de lunas rojas, ay, qué ilusión.
Dejaos de pulseritas, cenitas y regalitos varios. Que nos vendan sandías por Reyes y por San Valentín, que sale baratito el regalo y nos proporciona sonrisas a todos. Estoy por poner una plantación en la terraza, e, incluso, dispuesta a pedir un crédito para un invernadero. Por nosotras, que no quede.
Este estudio glorioso afirma que la sandía aumenta la capacidad amatoria, mas eso ya es pasarse. ¿Amatoria, dice? No se ha inventado aún esa pildora maravillosa que consiga que ellos aprendan a amar. Pasión, vale, cierto cariño, a veces, pero amor... ¡Anda ya!
No os ofendáis, mis queridos lechucitos, creo en la diversidad y confío, confío en que lo vivido no nos lo merecíamos y en que “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...”

7.10.08

**La ceguera de Saulo**


Una apóstol liberador, un ángel del lado oscuro, ha surgido de entre las alas de los lechuzos y viene a rescatarnos de nuestras creencias, de nuestra insulsa vida de esperanzas. Con lanza ataca nuestras palabras infieles y acusa de anticuados nuestros espíritus.
La pregunta es sencilla, ¿nos elevará al cielo de los lechuzos o pretende hundirse con nosotras en las brasas calentitas del averno? Sus impertinencias demuestran el valor aguerrido de quien manda a sus esbirros, piruleta en mano, a abonar sus deudas. Pero mis lechucitas son peligrosas y de Zamora nace su compromiso de no pagar a traidores. Esperamos, ilusionadas, la batalla con un enviado despierto y dotado. Aménnnnn.
Lo triste de todo esto es comprobar una realidad patente: si nosotras nos arreglamos y nos ponemos monas, lo único que sacamos del lechuzo de turno es un: “umm”, si es que se percata del cambio. Sin embargo, si la hortera de turno se pone una minifalda hasta el cogote o se pinta las uñas de rojo pasión… eso es otro cantar. Aún pintadas como puertas, esas rubias oxigenadas que presumen de cerebro de mosquito y poca clase, tienen el don de conseguir que ellos las miren, graven las medidas de su talle y deseen arrancarles los harapos sin contemplaciones.
¿Quién peca de mal gusto aquí? Ellas utilizan sus armas y ellos pican ¿Quién es más necio? No son modas nuevas las de las meretrices, y ellas no se quejan de su falta de efectividad.
A ver si es verdad que este apóstol consolador es la primera muestra de una especie dispuesta a descubrir dónde está la excelencia y no cae en las garras embriagadoras de la ordinariez. Mas me temo que este lechuzo es más Saulo que apostol gallego.

4.10.08

** Poesía... eres tú **


"Mientras clavas en mi pupila tu pupila azul"... añoro tu molde de ficción, deseo encontrar el barro donde se fundió tu nobleza, pero la vida se empeña en recordarnos que la vasija con tus esencias partió contigo.
No es que ambicionemos lechucitos de cuerpos imberbes, no suspiramos ser abrazadas por el galán de turno, ni exigimos mentiras que alaben nuestra hermosura... pero su ejemplo es un lastre que no nos permite volar satisfechas de honestidad y erotismo. Ay, y es que, es así, mis queridos lechuzos, ni siquiera rozáis su perfección. Lo siento, de verdad, pero, desde ahora, solo nos acercaremos a hombres experimentados, de rostro atractivo y cuerpo esculpido con martillo y cincel. Porque Paul Newman nos ha recordado que la cara es el espejo del alma, y queremos almas puras llenas de fogosidad. Su legado es claro: si quieren, pueden.
Basta ya de hormonas, alelos y madres malcriadoras. Ha llegado el momento de exigir, por fin tenemos nuestra excusa: si él demostraba su personalidad con una capa de masculinidad y dulzura, si comprendió el amor en blanco y negro,... tendremos que buscarlos guapos, ¿no?
Nosotras nos paramos aquí. ¡Hagan juego, señores! y más les vale que su apuesta sea alta, ya no jugamos al “rojo o negro”, “par o impar”. Agotadas por tanta resta, es hora de cambiar de conjunción: “rojo y negro”. Atractivos y sinceros, sensibles y seguros, amantes y fieles... ¿Quién da más? Ole, los guapos, ole.
No soñamos con que sus labios incitantes vuelvan a surgir, seguras de que su esmerado molde está oculto para las lechucitas y se rompió allende los mares. Pero es que el mundo está lleno de indecisos, de perdedores y de tristes libertinos de ideas sueltas, y mis niñas se merecen lo mejor.
Nunca más pienso recordaros que, a pesar de lo que os hagan sentir, la desdicha es la suya, porque “sus ojos sin tus ojos no son ojos, solo iris de un amante en soledad”.
Arriésgate, amiga, y deja que te hagan feliz.

3.10.08

Podrá nublarse un día su belleza…



Pero jamás se borrará su legado. Y es así, mis queridas lechucitas. Por más que nos empeñemos en intentar explicar los movimientos perdidos de nuestros palomos echándole la culpa a hormonas, alelos y madres… lo cierto es que hombres como Paul Newman terminan demostrando que, si quieren, pueden comprender el amor, pueden exteriorizar la belleza y cambiar esa naturaleza que nosotras nos empeñamos en olvidar.

Nunca podremos olvidar la enseñanza de este maravilloso amante, capaz de enamorar a una mujer, y así usaremos su memoria, sí, por fin, tenemos una excusa para buscarlos y desearlos guapos. Si él demostraba su personalidad con esa capa de masculinidad y dulzura, esa belleza en blanco y negro, tendremos que buscarlos guapos, ¿no?

26.9.08

**Más por menos**


No nos pueden pedir más. Los del portal Meetic, listicos ellos, han descubierto que las españolas somos las mujeres más lanzadas de Europa, junto con las francesas. Y es que nos encanta la seducción, y cansadas de inutilidades latentes...
Para colmo de facilidades, cuando no empeñamos en algo, ¡viva nuestra cabezonería!, conseguimos que nuestras relaciones sean las más duraderas y, por supuesto, placenteras. La española cuando besa... Conclusión: señoras en la calle y leonas en casa. Nos puede la sabiduría popular.
Tendremos que crear un refrán o frasecilla y, así, conseguir que nuestros lechuzos espabilen. Algo como: “Cordero con piel de tigre siempre vence al lobo”. Invitamos al romanticismo vestido de fortaleza y valor, de músculos trasquilados por la lealtad. Y ellos, no os preocupéis, amigos, también están en la cabeza de la lista, pero en la de los europeos que “pasan” de las labores domésticas: “No esperes más. Adquiere un macho ibéricus y pondrás un cerdo en tu vida (con perdón)”. ¡Cuánto daño han hecho las madres!
Todo esto explica por qué nuestro país es percibido como uno de los pioneros y aventajados en sentido del humor. Ja, ja, ja. Tiene guasa la cosa, ya me contarán cómo, si no, renunciaríamos al exilio y la frustración. Y luego se quejarán de que nos arrugamos cual pasas, a carcajada limpia que estamos. Mira, por lo menos, nos hacen reír.
Tenemos calvos, raritos, secos y libertinos... Eso sí, divertidos divertidos. No podemos pedir menos por más. Prometo comprarme una bici y, en la próxima Vuelta a España, me engancho a las piernas de un esprínter belga. Frío en la calle...

22.9.08

**Despertando en la luna**


No, no os emocionéis, no se ha ideado una vitamina que permita que nuestros idolatrados lechuzos animen nuestras vidas y nos hagan ver estrellitas mientras nos regalan una luna de besos y caricias. Más bien, me refiero a la noticia que informa sobre los avances de científicos americanos, empeñados en reconquistar este astro femenino, gracias a los cuales esperan alunizar con el nuevo cohete Ares, allá por el año 2020.
Las nuevas técnicas permitirán, además, una presencia estable del hombre en la luna. Ya os imagino, mentes malvadas, planeando mandar a vuestros lechuzos a la conquista de ese desértico fragmento del espacio.
Vale, todas tenemos un pasado y, por desgracia, un presente, que a veces es mejor olvidar, y no estaría mal dejarlos allí, a todos juntitos, marcando el terreno con sus “inocentes” huellas, rastros para la posteridad. Mas, pensemos en las pobres selenitas, bastante tendrán con aguantar a sus propios lunáticos... No creo que la luna nos pueda librar de nuestras propias desgracias, ay.
Pero, si lo que queremos es dejarlas con la boca abierta, muertas de envidia (eso nos encanta), tendremos que enviar esculturales especímenes dignos de consideración. Um, pensemos... Soy española y no me puedo escapar del calorcito que emerge de ciertos lechucitos: Casillas, Nadal... Espero que con vuelta, que nos conocemos... y hay mucha lista suelta.
Y nosotras nos quedaremos, como siempre, esperando que ellos descubran que el atractivo aroma de su masculinidad no está reñido con la emoción, el sentimiento, el compromiso y la intimidad. Pobrecitas, mis lechucitas, prorrogando la espera. Ja, ja, ja.

19.9.08

**La semilla de un lechuzo tarambana**


Machado, el gran Antonio, cantó a un futuro esperanzador, soñaba con una juventud eterna, implacable y redentora, una que surgiera de un pasado de charanga y pandereta, pero... ¿dónde están los seres salvadores surgidos de los aturdidos lechuzos del pasado? Desde luego, entre los gallardos zamoranos, no encontramos nada nuevo o diferente, solo lechuzos que juegan a ser dioses, pero no se merecen el cielo y, más que calentar, enfrían. ¿A quién se lo tenemos que agradecer: a sus madres, a sus padres, a las novias pasadas? Ay, estamos ya muy mayores para tener que educar a nadie. Siempre las mismas preguntas, las mismas miradas antiseductoras, las mismas babas recurrentes... Inteligencias que retoman frases que renacen como ave Fénix. Y, a veces, caemos y probamos, es que huelen tan bien...
Y, entonces, llegan las madres, con sus “táper” y su amor incondicional, y nos recuerdan la única verdad: él es solo un niño, su niño. Y de su sombra maligna brotarán, una y otra vez, lechucitos besucones, adoradores de cabellos dorados y de ideas sencillas, mamarán de sus senos la dulzura del engaño.
Mis perfectas lechucitas prefieren quedarse yermas, vaciar sus entrañas, porque a los fecundadores nadie les enseñó a unir sexualidad y romance, porque muchos confunden tener las ideas claras con dejar insatisfechas las ilusiones femeninas. Pero, es que huelen tan bien...
Tendremos que enseñarles a planchar, a hacer la compra, a poner la lavadora, a cocinar a fuego lento y a expresar, ya vestidos, cuando aman de verdad, porque, a señalar su camino con rastros de perfume, ya les hemos adiestrado. ¿Nacerá de esta generación la semilla originaria del deseo? Ahora nos quedan los amigos, algo desorientados, pero veteranos de la verdad.

11.9.08

*Un alelo adorable*


Pues es lo que hacía falta, no tenían ya suficientes excusas nuestros lechuzos para homenajear a la infidelidad, que, ahora, unos científicos de Estocolmo les dan una nueva: el alelo 334, un gen que incita a que nuestros hombretones sin pelo en pecho encuentren una rara satisfacción en aparearse con diferentes parejas. Aleladas, así nos hemos quedado.
El estudio comenzó investigando la reacción de ratones macho de campo, considerados monógamos, y parece ser que la ratoncitas más libertinas acabaron más que contentitas con los ratones “infectados”. Habría que preguntarles a las parejas de los susodichos qué opinan de los ratones colocaos.
Y, no sé por qué, se encontró relación entre los repugnantes roedores y los hombres hombres. ¿Era necesario hurgar en algo así? ¿Es ya una plaga? Tenían que hacer más grande la herida y recordarnos que ellos están limitados por un defecto de fábrica y nosotras cegadas, porque es tan evidente el engaño que hasta lo estudian.
Y, así, una y otra vez, nos dirán, con cara de enfermitos: “Lo siento, cari, es el alelo, que hoy está animado y me toca sacarlo a pasear”. Suplicaremos la comercialización de plaquitas identificativas que poder colgarles al cuello a nuestros lechuzos alelados. Aunque sigo pensando que no nos alejaríamos ni por esas.
Y yo me pregunto: ¿Y a nosotras qué? Por no tocarnos, ya no nos toca ni un alelo, ni un alelado, ni na. Deberían investigar más a fondo el principal problema femenino: la santa paciencia. Nos pedimos el alelo número uno, a ver si nos lo inyectan y nos ayuda a distinguir entre ratoncitos adorables de ojos azules e insaciables ratas de ojos ardientes.

5.9.08

**Ni frío ni calor**


Pues si ya es complicado aguantar las embestidas del amor, ahora nos toca elegir entre si queremos bizarros pasionales o fríos especímenes de inmutable tranquilidad. No pueden ser normalitos, no, sería mucho pedir.
Soñamos con la estimulación de un Conde Drácula de mordicos feroces, un ave nocturna impasible pero de sed insaciable. Febril locura cubierta por un cuerpo de fría masculinidad inglesa. Y, claro, muchos de nuestros lechuzos se hacen mayores, y lo que era pasión recubierta de complacencia (demasiado fácil para provocar al reto) se ha transformado en decoro y saber estar, con una ligera capa de estilo. Tanta caballerosidad, si no hay algo debajo (o encima, o de pie, o a la pata coja, o...): puff.
Y algunos nos preguntan qué queremos, y dicen que se esforzarán en hacernos felices, ja. Pobres mentes cándidas. Aspiramos al deseo, al dulzor, a manos temblorosas de caricias húmedas; rogamos para que ellos se den cuenta de que nuestra inteligencia y distinción no es sinónino de ancianidad. Ni somos las madres de sus hijos ni somos tan diferentes a esas asiliconadas nacidas del photoshop. No comprenden que un ángel puede volar hacia la luz o caer en la oscuridad y que el deleite está en perder el aliento intentando encontrar las fronteras de los dos mundos.
Queridos lechucitos: No preguntéis qué podéis hacer por nosotras, hacedlo.
¡Imaginación al poder!


Aprovechando que esta semana la publicidad nos roba nuestro espacio dentro de La Voz de Zamora, vamos a regodearnos con este macho, ibérico o no, porque ay, ay, ay, cómo está el hombretón. Y no me preguntéis la edad porque, sinceramente, a mí no me importa (y eso no es novedad).

28.8.08

**Ya no estás más a mi lado...**



Corazón, en el alma solo tengo soledad...” ¡Qué dulces las letras que cantan al olvido y al desamor! Solo hay un problema: ¿existe eso que llaman amor cuando nuestras carnes enfilan la maligna senda que conduce a los treinta?
Antes de los veinte, las hormonas piensan por nosotros y, así, está claro que, sea amor o no, se vive una cierta ensoñación que nos permite jugar sin pensar en más allá y nos dejamos querer, entusiasmados por la locura de esos nuevos sentimientos.
A partir de los cuarenta, el que no ha vivido sus propias separaciones, continúa encadenado a una relación unida por el respeto, la hipoteca o los hijos; y escucha en su cabeza, una y otra vez, esa mentira consoladora de que la pasión se acaba y lo que queda es mucho mejor... ja, ja. Prefiero mariposas en el estómago al almax de la cotidianidad y el aburrimiento. “Marcha, marcha...” Ellos que sigan ideando sus cuernos, nosotras ya nos buscaremos a un Nadal: un portento del juego de muñecas y de sacarle partido a las pelotitas (por cierto, se comenta que, por estas tierras, un lechuzo pavonea su parecido con el manacorense).
Mas, qué ocurre en el pozo sin fondo de los de veintimuchos o treinta y pocos. Los solteros saben mucho ya, los palos recibidos y dados los han reducido a unos simples hipócritas que se niegan a confiar en la entrega sincera o prefieren duchas frías antes que demostrar que suspiran por huesillos ajenos.
Yo os propongo, amigas voladoras, que, empachadas de tanto treinteañero atrapado en su seudoperfección, nos acerquemos a la fresca jovialidad de los veinteañeros: lechuzos, pero sin barriguilla y... tan monos.

22.8.08

**¿Productos autóctonos o foráneos?**


He escuchado, en más de una ocasión, que nosotras desconocemos todo un mundo de espléndidas sorpresas que crecen fornidas y lustrosas más allá de nuestras fronteras provincianas. Y yo me reía, confiando, pobre de mí, en que nada puede superar la grandeza de mis lechuzos zamoranos, ¡no será cierta semejante perversidad! Los hombres de vuelo ágil son un truco de la tele, un ingenio que nos permite continuar nuestro camino tras una utópica ilusión. Ja, ja, ja.

Ay, no pretendo despreciar a nuestra materia prima foránea; pero, lechucitas, desplegad las alas y escapad volando a las playas del pescadito, el helado de chocolate y la gracia del mar. Entre la manzanilla y el azahar de esta tierra fértil, el culto al cuerpo es religión y el duende del sur que tantos poetas cantaron se refleja en todo tipo de exóticos lechucitos: morenos, rubios, altos, simpáticos y, hasta, incluso, calvos, pero... adorables, al fin y al cabo.

Cuando nuestros cachitas locales afirman que eso de las tablitas de chocolate es yerma ilusión, nos mienten, amigas. El problema está en la calidad del músculo, la pobreza de la piel, la falta de hidratación, de nutrición, yo no sé; mas permitidme que os diga que los genes de la perfección se reparten lejos de nuestras denominaciones de origen y ya conozco a más de una dispuesta a darle gusto a su madre adoptando productos típicos de la huerta murciana.

¿Podremos regresar a la insulsa sencillez de nuestros paisanos? ¿Estarán dispuestos a demostrar que pueden superar su propia apatía y dejadez?

15.8.08

**Amores de barra, calor de verano**



Una semana más, estamos con esto de las relaciones con aves, ratitas e insectos de todo tipo. Qué divertido es no comprender nada de nada. Mas, hoy, toca un poco de autocrítica. Ya que, con los calores del verano, resurge una especie de ave nocturna carroñera, y no hablo de esos señores de edad y olor a campo que se pasean por los locales deseando las plumas de jovencitas apetecibles, sino de esas rubias (perdón, chicas, no tengo yo la culpa de que el tinte tenga estos efectos) que se enchufan a las barras de los pubs requiriendo que algún camarero las recargue de energía. Podríamos hacer un estudio sobre cómo la luz artificial, un poco de músculo y poseer el poder de la copa gratis convierten a jovencitos y jovencitas en objeto de deseo. Daremos las gracias a los empresarios hosteleros y a su selección de modelos de la belleza zamorana.

Y el caso es que estos efebos representan la muerte del compromiso y, aún así, nuestras amigas de la putrefación pelean por los restos de estos cadáveres del amor para seguir viviendo con la ilusión de: “esta noche, voy a ser yo”. Mira que no aprendemos. Claro que, ya que estamos empeñadas en sufrir a algún lechuzo, que menos que sea digno de lucirse.

Ahora, digamos adiós al único de los lechucitos seducido por Cupido y apto para una boda de cuento de hadas. ¡Ñoñoooo, qué seas muy feliz!

Nosotras volaremos, con nuestras alas blanquecinas, buscando el calor del verano y los tatuajes infinitos, en los chiringuitos del sur. Un interesante vuelo de búsqueda e investigación.

Seguiremos contando.

8.8.08

**Espadas como labios**


Perdonadme, mis lechucitas, pero hoy me voy a dar un homenaje personal. Cansada de responder una y otra vez sobre que es eso de una "mujer mujer", os daré una representación de lo más gráfica: es lo que Hugh Jackman significa dentro del mundo de los lechuzos: un hombre que lo tiene todo, todo, todo; capaz de parecer tierno y valiente, romántico y, a la vez, adiestrado conquistador; un hombre hombre, con cuerpo escultural y músculos de los de toda la vida, un tarzán moderno con mucha tela. Ay, quién fuera una malvada supermujer para que me clavara sus cuchillas de titanio. Su defecto: el matrimonio ¡es que, para colmo, es fiel! Ummmm.

Lo único que diferencia su perfección de la nuestra es que la suya es pura actuación, quimera, al fin y al cabo. No, mis preciosas princesitas, no esperéis un machote semejante; el Cielo no se esconde en la Tierra. Por eso, yo os recomiendo que sigáis escarbando entre los lozanos deshechos del infierno, si no los dejas enfriar, a veces, consumirse entre sus brasas resulta de lo más sabroso.

Preocupada por esta blandita admiración por un cachitas de pelo en pecho, voy a seguir la recomendación de una lechucita de vuelo ágil y respuestas picantonas (un tierno bollito, escondido en la oscuridad de bodegas fingidas), y pensaré que, dónde los demás ven parejas acarameladas y corazones con un solo latir, en realidad, hay infidelidad, aburrimiento, monotonía... Y, aunque el lechuzo yeyé se empeñe en repetir que ellos son capaces de enamorarse y que todo depende del momento, la edad, la situación... a mí, qué me lo demuestren, que creo que ya va siendo hora y no sé por cuánto tiempo mis adorables musculitos mantendrán su firmeza.

Por cierto, sigo admirando a las mujeres que ocurra lo que ocurra, les hiera quien les hiera, siguen siendo señoras señoras y prefieren respetar el silencio a lloriquear y falsear su condición parasitaria.
¡Viva la paja del sombrero, la playa, la arena y, si me pongo, hasta la medusas! Madre, madre, madre.

1.8.08

**Todos necesitamos nuestro momento**



Estos publicistas... nos tienen cogido el punto a las mujeres. Quién les habrá revelado nuestros más íntimos secretos, cómo han descubierto que cuando nos baja la regla somos felices y vemos el mundo de colorines, a cuál de nosotras se le ha escapado que, en el baño, mientras cedemos nuestro cuerpo a pudendas necesidades, nuestras cabecitas están ocupadas en imaginarnos vestidas de novia, que es el fin de toda nuestra vacía existencia, porque, pobre Clara, que ha perdido a su quinto novio con 28 años; loca de la desesperación, no puede más que idearse, su blanco velo añorado, con pedazos de papel higiénico Colhogar, en qué va a pensar si no, es mujer, y las lechucitas vivimos esperando ese que llaman “el día más importante de nuestra vida”; y soltera, con esa edad..., ay, se nos quedó para vestir santos.
Pero, a lo mejor, los creativos de este anuncio tan femenino no son tan sublimes y solo encajaron las piezas de un puzle sencillo: papel higiénico, una mujer encerrada en una habitación, un baño y deshechos humanos, claro, todo nos lleva a lo mismo; lechuzos. Y cuál es la fórmula más efectiva y veloz para que una princesa valiosa limpie y pierda todas sus virtudes, personalidad y espíritu: una boda, así su cabeza quedará en blanco, Colhogar, eso sí.
Y es que todas necesitamos nuestro momento... Dolce y Gabbana. Por eso, esta semana, casi se me chamuscan las alas; lo que hay que hacer para ver cómo los aguerridos bomberos zamoranos acuden en tu ayuda. Si hay fuego... no busques un marido, llama a un bombero.

26.7.08

** El arrullo, efectivo tango de paloma **


Por más que la inteligencia me empuje a pensar que no existen modelos de hombretones así: galantes morenos misteriosos, de manos varoniles y corazones fuertes, ojos oscuros y sonrisa alejada de la debilidad, aún sigo creyendo en que el destino nos reserva, da igual que seamos blancas, rosas o amarillas, o que nuestro color huela a avellana; dulces encantos masculinos. Por ahora, las lechucitas, siempre monas, interesantes, cultas, simpáticas (rasgo impropio de nuestra seca raza castellana)... estamos cansadas de pulgones y observamos como otras, con semblantes de burbujita Freixenet porno, enseñan un poco de pechuga y se lo comen todo, todito. Unos cuantos arrumacos, cual paloma torcaz, y... hecho.
Pues sí va a ser verdad eso de que los lechuzos son sencillos, sí. Pero la que no es fácil, no puede cambiar su condición y, así, pasa la vida, viendo como otras, cansinas como los babosos nocturnos, a fuerza de constancia, carnaza y facilidad, se ríen a nuestra cara y arrastran al miserable de turno tras sus faldas agrestes. Pues, de todos es sabido que las palomas, como los hombres, se alimentan de casi todo lo que sea comestible.
Y yo, en el fondo, las admiro, pues, primero, solo consiguen aletear entre sábanas y plumas y, al final, terminan anidando con la virilidad de estos magos de la chistera, atraídos con halagos y engullidos sin la más leve resistencia. ¡Ole, mis bravías torcaces cazadoras!
Solo lamento la leve incomodidad que supone saber que tu pichón nunca abandonará el nido, pero hará escapaditas a buhardillas ajenas. La belleza impasible, la distinción clásica y la más endemoniada de las alegrías aspiran a más. Donde esté un buen reto, que se quite la simple docilidad.

18.7.08

**¿Hombres o chocolate?**


¡Chocolate, chocolate! y si es negro y con pepitas... mejor que mejor. Tal es el deleite que, incluso, hay lechucitas dispuestas a mezclar el dulzor de este fruto con el amargor de un hombre hombre (mas pocos quedan). Mi amiga más endiabladamente curiosa insiste en que no estaría mal catar uno con sabor cacao, por eso de comprobar si el mito es cierto y poner un poco de azuquitar a su existencia. Un capricho para las caderas, de vez en cuando... Pero, por desgracia, a pesar de las decepciones, rechazamos las fantasías de una noche y añoramos príncipes azules que prometan cariñito y exclusividad (bendita ingenuidad), cuando es evidente que esa especie es reptil extinto. No nos queda otra que elegir: cuerpo o dinero, el amor ya no forma parte de la ecuación. Y, aunque parezca imposible, en nuestro mundo reinan “señoras” dispuestas a caer bajo y eligen por y para la cartera. No sé cómo, consiguen sacarles regalazos a esos ciegos inmaduros que confunden silicona con capacidad de amar, mientras ellas extravían su maternidad, cambiando bebés por pensiones para toda la vida. ¿Piedras preciosas o bisutería?

17.7.08

serie de normas legales, con especial desarrollo a partir de la pertenencia de nuestro país a la Comunidad Europea. En este sentido debemos recordar la amplia problemática que se suscitó en la década de los 30 del siglo XX, con el traslado de la iglesia de San Pedro de la Nave, motivada por la construcción del embalse de Ricobayo –analizado por nosotros en varios estudios- que como todo el mundo sabe, fue el único monumento y vestigio histórico que fue salvado, dentro de las importantes pérdidas que se produjeron con el desarrollo de este proyecto, como hemos expuesto en la publicación monográfica Patrimonio arqueológico y

4.7.08

** Oposiciones a machote **


¡Cómo están nuestros lechuzos! Alterados de más y ya no sé si será el sudor, el calor o su propia naturaleza. Este sol, que se empeña en suplicar su presencia, parece el presidente de un tribunal encargado de repartir plazas en el instituto de la hombría, y todos haciendo cursos para conseguir avanzar en la lista de los más hormonados. Y vaya si lo logran. Ya no se libran ni los señores encargados de la recogida de basuras, que pasan de decirte lindeces a altas horas de la madrugada a llamarte, cual carneros, con berridos e insultos poco oportunos. Qué queda de aquellos tiempos en los que el bigote era símbolo de gallardía y elegancia... Admiro a esas mujeres que son capaces de callar a este tipo de caballeros, esas que les encuentran el punto débil y los tienen agarrados por... A esas que ocurra lo que ocurra permanecen impasibles, que son capaces de contener la rabia, la desilusión, las lágrimas... Las que escuchan y actúan. No hay celos, no hay pasiones, ellas comprenden que el último no significó nada, que todos son uno más y que en el futuro seguiremos siendo princesas, soñadoras, pero princesas.

20.6.08

**¡Pedid por esa boquita!**



Dice mi amigo el lechuzo cuarentón que el problema de las relaciones de pareja está en que las mujeres nos creemos perfectas. Ja, ja, ja. Yo creo que, más bien, es que ellos son perfectos, pero perfectos para que los aguante su madre u otra, que “otras” hay muchas y, hoy en día,están mejor consideradas que las propias. Ahora en serio, después de varios gabinetes tratando el asunto, hemos llegado a la conclusión de que nosotras pedimos muy poco, y,cuanto menos pides, menos te dan. Solo queremos que nos miren como si fuéramos el enigma más exótico o la mujer más hermosa y apasionante. Ni siquiera exigimos que sea verdad, tan solo que mantengan la mentira un poquito más. Vamos, con que se emocionen la mitad que con un partido de la Selección, nos llega.Y a veces ocurre, y las lechucitas nos ilusionamos y nos ponemos tontitas (es la primavera, el somnífero de nuestra inteligencia). Desde el club de amigas de las rapaces, solo podemos desearos suerte, la pasión no dura (por lo menos con el soso de siempre), pero el respeto sí. ¿Será cierto que los momentos importantes ocurren mirándose a los ojos?

13.6.08

**¿Se lo lleno?**


Ay, sí, por favor. Es que esto del mundo de los hombres está como las gasolineras con la huelga: no hay forma de repostar agusto.Sonreíamos, golosas y encantadas por la moda del culto al cuerpo; lo de la tripita cervecera casi es cosa del pasado. Ahora, los musculitos nos acosan, vayamos donde vayamos. Hace ilusión eso de que se hayan dado cuenta de que la belleza no es solo cosa de lechucitas. Mas, qué lástima de vida, nos pone el cebo y luego... resulta que es de plástico. Vacíos, todos vacíos; mucho musculito, mucho estar en forma y resulta que, a más abdominales, menos ideas. Sus ojos no ven más allá del espejo. Nos tientan, se lo ponemos fácil... y no tienen ni que aparentar ser interesantes.Tenemos el recipiente perfecto, solo falta descubrir cómo llenarlo. Se confirma lo de que con una sola neurona... no se les puede pedir más: o cuerpo o cabeza. Por eso, angelitos míos, no logran centrarse en una sola mujer. Te aprecian, te quieren, pero su memoria y su escasa capacidad les traicionan. Así que, o alguien me explica cómo llenar el envase, o yo me quedo con el cuerpo, y, si es de Bomberos, mejor. ¡Ole, ole, ole!

30.5.08

** El estímulo del fútbol **


Domingo futbolero. ¡Qué gustazo! Si los hombres disfrutan con esos minutos de pataditas, del bocadillo de tortilla, de cervecita y de los insultos y broncas habituales; las lechucitas tenemos mejores y más vigorosos alicientes en el Zamora C.F. Mi amiga de nombre eterno es la mejor retransmitiendo cualquier incidencia sobre ese campo sembrado de piernas fuertes: “Fíjate en el 9, fíjate”. Buena idea la de poner publicidad en sus prominentes posaderas. Los lechuzos tienen los partidos de tenis femenino ¿no? Nosotras, al fútbol, a que nos dejen fuera de juego. Y, cuantos más goles, mejor: más saltitos, achuchones, palmaditas “amistosamente lascivas”... y todo esto sin que tengan que abrir la boca. ¿Puede existir algo más cercano al Paraíso? Luego, ilusas, despertamos a horas nocturnas, buscando ratoncitos adorables, y, a ellos, se les ocurre liberar su penetrante voz, adiós a la magia y a la ternura. Solo quedan ratas, de esas de ojos rojos, que son más baratas y pestilentes. Y el que no es roedor, o no tiene cuerpo o es rarito. ¡Ay! ¡Con lo mucho que valemos, qué mal aprovechadas!

16.5.08

** Enganchadas a la dificultad **


Nosotras nos complicamos la vida con relaciones imposibles. Los lechuzos, sin embargo, buscan lo que buscan, simple supervivencia de la especie, y nosotras despreciamos a los pocos que merecen la pena y son capaces de entregarse a una sola mujer... cada vez; porque ese anómalo reclamo no nos atrae. Pretendemos volver loco al listo de turno, a ese que sabemos que nunca será fiel; al que nos engaña con gestos y palabras, pero dice la verdad con sus actos. Es el encanto de la dificultad, una droga que engancha hasta a las dementes despiertas y lenguas viperinas. El jueguecito es más divertido cuando te dejas engatusar por quien no te conviene. Además, la adrenalina del amor puede con todo, no respeta nada ni nadie, destroza muros y silencia convencionalismos, como el de la edad. Díganselo a Jennifer Aniston que, después de su fracaso con Brad Pitt, está empeñada en demostrar que lo ha superado y así, la pobre, lo intenta una y otra vez. Su última conquista es el guitarrista John Mayer, diez años menor que ella, lleno de tatuajes y con pinta de malote. Tal vez tenga suerte y aún él conserve parte de la inocencia necesaria para entregarse al amor.

9.5.08

** Ellos siempre piensan, claro. **


Los lechuzos tienen una capacidad asombrosa para abstraerse y pensar, sí, sí, pensar, por muy insólito que pueda parecer. Exactamente, se ha calculado que piensan en sexo cada 53 segundos; los intervalos los ocupan en varios puntos fundamentales: el trabajo, arrastrarse tras la primera maciza hortera que se les cruce, el fútbol, el coche, la partidita y, si hay suerte, a lo mejor, de vez en cuando, sueñan con desnudarte apasionadamente y tomarte entre sus brazos; formando un trío con la hortera, eso sí. Ahora, ya informadas, no os empeñéis en preguntarles: ¿cariño, en qué estás pensando? Angelitos, son pura sencillez. Mientras, nosotras, condenadas a ignorar sus encantos, utilizamos el sexo cual premio o castigo: “Si hoy has sido capaz de sacar la basura... tendrás tu caramelito”. Justo o no, me preguntó de quién será la culpa. Un buen producto no necesitaría tanta babosa publicidad. Leer. Imaginar. Otear el horizonte, esperando un príncipe azul. Es que... se hace tan cansino. Mejor que nos quedemos con lo puesto, total, dominamos el autoengaño. Incluso, podemos llegar a confiar en que algún día aprenderán a amar como una mujer y a respetar como un amigo.

2.5.08

** Añorando besos robados. **


El portal “trivago.es” afirma que nuestros hombres son los europeos más celosos, sobre todo en vacaciones. Es lo que tienen las piscinas, la playita y las salidas nocturnas. Normal, llega el calor... y quién es la guapa que soporta al mismo insufrible de siempre; pudiendo deleitarse con efebos corpulentos, nuevos abrazos, besos infinitos... Hablando de besos, resulta que uno de cada cuatro españoles ha roto con su pareja por besar con poca habilidad. Ay; ya, ni eso. Tanta polémica con la Educación para la Ciudadanía, pero... y dónde están esos besos robados, dónde la provocación de unos labios, dónde las clases para practicar la hombría. Un 74% de las españolas nos morimos por besos lentos, de evocaciones sensuales y ojos cegados, y qué conseguimos: un apéndice sin control y exceso de lametazos. Maldita paciencia, siempre pensamos: pobre, ya cambiará, y esperamos que el tiempo haga que sus besos y sus promesas se vuelvan intensos y profundos. No os engañéis, amiguitas, no hay varita que consiga que un moscón se convierta en mariposa. Ya no existen besos mágicos y los príncipes se convierten en sapos.

25.4.08

** La trampa de la dulzura. **


Un estudio científico realizado en dos universidades estadounidenses cree haber encontrado la solución a la mayor incógnita de nuestro tiempo: ¿qué buscamos las mujeres en un hombre? Parece ser que el de galán recio, varonil y masculino no nos inspira confianza, eso explica por qué han volado semejantes aves rapaces (yo no encuentro ninguno ¿y vosotras?) Todo es pura selección natural, si los lechuzos más valorados por mis lechucitas son los que presumen de rasgos femeninos en sus rostros, por ser considerados más fieles y comprometidos; estos ya no necesitan engañar con palabras; con poner cara de corderos... tienen más fácil colocar la semillita. Los rostros más masculinos (mandíbula prominente, nariz grande y ojos pequeños) son vistos como dominantes, poco fiables, con peores cualidades paternales y menos cálidos. Y yo no entiendo el porqué, ¿es que los que tienen cara dulce han perdido esas cualidades innatas en cualquier varón? Hombre, eso se avisa desde un principio, que la vida está mu mala para ir desperdiciando sabrosas mariposas, larva tras larva, gusano tras gusano.

11.4.08

** El camino de la seducción. **


Morenazo de miradas azules, labios carnosos y cuerpo del deseo..., solo puede ser Jaime Cantizano (si conocen alguno más con semejante currículum, me lo mandan, yo pago el franqueo). Un rumor pregonaba sus nupcias con el rudo futbolista Javi Navarro; otro, que estaba enamorado del presentador de El Buscador; que si este verano buscó sombra al resguardo del triunfito Fran Dieli, que si... ¡No nos van a dejar ninguno!
No espero cruzármelo en el súper, ni hacerle el desayuno, ni compartir sus cremas... pero, al menos, ¡qué me dejen soñar! No sé si os pasará, lechucitas, que, cuando la vida nos agasaja los ojos con hombres alejados de la norma, siempre aparecen otros, más ajustados al prototipo masculino, que deslizan la sentencia famosa “ah, seguro que es gay”, ja. Antes, nuestros “galanes” nos conquistaban con bombones, ahora, como no pueden competir, prefieren hipnotizarnos con la exclusividad de su porte masculino. Ay, Cantizano, danos chocolate, que nos gusta amargo.

4.4.08

** La belleza de las sanguijuelas. **


No penséis mal, no, con lo de sanguijuelas no me refiero a esos babosos que acechan en los bares de copas, luciendo, como seña de identidad, y no sé por qué, una bufanda o pañuelo cual soga al cuello. Ay, lechucitas, tenían que inventar un bar en el que solo estuviera permitida la entrada de mujeres, algo así como lo que ocurre con la comida de la cofradía del Cristo de Valderrey. Y yo me sigo sorprendiendo con estas cosas... Rosa Valdeón, además de ser la principal representante de la ciudad, es mujer, un defecto como otro cualquiera, pobre. Josefa Chicote comparte esa incomodidad, ya se sabe... nos gusta ir de dos en dos a los sitios, pero, por lo menos, al baño nos dejan. Será cuestión de categorías... Lo de esos bichos repulsivos es por el secreto de belleza de Demi Moore. Si pensaban que no hay mejor botox que Ashton Kutcher, su pedazo marido, se equivocaban. A Demi le pierde que le chupen la sangre. Parece que hasta los invertebrados asquerosos tienen algo que ofrecer.

28.3.08

** Si se turbia la razón... **


La noche zamorana está que arde. La testosterona pulula y nos persigue, uy. Y que yo, con mis ojos de lechucita, tenga que ver ciertas cosas... Relaciones que comienzan, muchas que terminan, crisis, discusiones... El patio está muy revuelto, amigas. En esto del amor somos todos unos pipiolos, no importa ni lo vivido ni lo olvidado, ni la edad ni el sexo; nada te libra de golpearte una y otra vez, porque las cicatrices dejan marca, pero no son profundas. Nosotras tenemos fama de complicadas y de darle mil vueltas a las cosas, cierto, muy cierto. Pero ellos... son duritos y pasan de todo ¿no?, ja. Me río yo. Complicados no son, esa batalla la tenemos ganada; tampoco le dan vueltas a las cosas, no les llega para tanto. Mas, cuando pierden algo que les importa, ay, ese es otro cantar: las lágrimas de un hombre van por dentro y no se secan. Nosotras que, no vamos a negarlo, somos maravillosas, si no fuéramos capaces de dejarlo todo por amor, dominaríamos el mundo. ¡Lástima de hormona tonta!

22.2.08

**Ellos, ¿buenos conductores?**


Reír para no morir, corazón. Qué sería de mis ojos de lechucita si no pudiera sorprenderme, cada madrugada, con las hazañas de esos hombres, tan hábiles ellos, tan gráciles y sofisticados. Y, para muestra, nuestro amigo.

Si ellos desean y adoran a su coche por encima de todas las cosas; más, incluso, que al fútbol, qué podemos pensar del valiente que ha confundido las escalinatas con un aparcamiento privado: Su mujer, contenta, ¿no?

El pobre, toda la vida pensando que era un todoterreno... y se quedó ahí, esperando, ni ‘pa’lante’ ni ‘pa’tras’, cual Penélope. Viva el macho ibérico español, ole y ole.

En una página dedicada preferentemente a la belleza femenina, muy monas ellas, ya era hora de encontrar un lugar para el ‘desahogo’, para palabras y fotos..., espero vuestros correos, con sus gracias y las nuestras.

“Hay mujeres veneno, mujeres imán, hay mujeres consuelo, mujeres puñal...”, que cantara Sabina. ¿Cuál elegir ser?

Una lechuza surge del cisne, de la poesía.

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
masdeseisosiete