
No nos pueden pedir más. Los del portal Meetic, listicos ellos, han descubierto que las españolas somos las mujeres más lanzadas de Europa, junto con las francesas. Y es que nos encanta la seducción, y cansadas de inutilidades latentes...
Para colmo de facilidades, cuando no empeñamos en algo, ¡viva nuestra cabezonería!, conseguimos que nuestras relaciones sean las más duraderas y, por supuesto, placenteras. La española cuando besa... Conclusión: señoras en la calle y leonas en casa. Nos puede la sabiduría popular.
Tendremos que crear un refrán o frasecilla y, así, conseguir que nuestros lechuzos espabilen. Algo como: “Cordero con piel de tigre siempre vence al lobo”. Invitamos al romanticismo vestido de fortaleza y valor, de músculos trasquilados por la lealtad. Y ellos, no os preocupéis, amigos, también están en la cabeza de la lista, pero en la de los europeos que “pasan” de las labores domésticas: “No esperes más. Adquiere un macho ibéricus y pondrás un cerdo en tu vida (con perdón)”. ¡Cuánto daño han hecho las madres!
Todo esto explica por qué nuestro país es percibido como uno de los pioneros y aventajados en sentido del humor. Ja, ja, ja. Tiene guasa la cosa, ya me contarán cómo, si no, renunciaríamos al exilio y la frustración. Y luego se quejarán de que nos arrugamos cual pasas, a carcajada limpia que estamos. Mira, por lo menos, nos hacen reír.
Tenemos calvos, raritos, secos y libertinos... Eso sí, divertidos divertidos. No podemos pedir menos por más. Prometo comprarme una bici y, en la próxima Vuelta a España, me engancho a las piernas de un esprínter belga. Frío en la calle...