24.7.10

**Dónde está la diferencia**


Con el veranito: ¡Viva el amor fugaz!, un respiro delicioso para el orgullo, en la playa, en la montaña y, si te pones, hasta en Italia. Y es que cuando uno no pretende ni entenderse… todo lo que hay es atracción, solo un hombre y una mujer, belleza pura, feromonas sin engaño, un amor maravilloso por su “dejarse llevar”.

Sueños e imaginación tomando cuerpo con un idioma diferente, ni mejor ni peor, solo otro lenguaje. Estando en casa, escuchas el típico: qué guapa eres, me gustan tus ojos, labios, tal vez tu cuello, si el lechuzo es original, y tu cerebro traduce: “otro pesado más que me quiere engañar”. Mas la brisa del mar, el olor a salitre o la luna rojiza y bella lo hacen todo más intenso, curiosamente, cercano a la verdad por no buscarla. Y son tan buenos los recuerdos sin cadenas… Abbracciami e stringimi ai giorni tuoi. Y si toda gran historia tiene un comienzo…

Y por qué serán tan guapos los otros, por qué nos rendimos a lo de fuera o a lo desconocido antes que al producto patrio, quizá son más morenos, más altos, más fuertes, quizá saben decir lo que quieren sin hablar o quizá seducen en el momento adecuado. Respirando vacaciones, envueltas por la majestuosa Venecia, por las ondas del mar galego o entre tus amigos de infancia, sentada en la oscuridad de la noche, quién no se enamoraría del cartero de las dulces palabras del amor.

Lo bueno del verano: volver, soñar y creer.

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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