1.9.11

**A canario muerto, rey puesto**



O era “a rey muerto, canario puesto”, sea como sea, me da que está abierta la veda de caza de los pajarillos amarillos, ahora que vienen del sur, tan morenitos y vuelan desprotegidos, intimidados, tal vez, por los nuevos lugares. Volare, oh oh, cantare, oh oh oh oh, nel blu, dipinto di blu, felice, di stare lassù, canturrean, pobrecicos, sin saber que les espera la escopeta de perdigones, de moda por nuestra calles, no solo en la noche.

Aún no sé si los canarios se comen, y no me penséis en otras aves extremas, bribonas, pero no estaría mal despertar con cantos piados, por lo bajito, susurros que no vayan al aire. “Buenos días, machito”, como respuesta a sus demostraciones de afecto. Nada de hacerlos soñar con quimeras imposibles de respetar, nada de “eres el sol de mi vida, mi pajarito”, aunque los dejaremos que esperen a que amanezca, podrán resfriarse a la luz de la luna, disfrutar de una gran noche. ¡Escapa de tu jaula, pequeñín, y no hablemos del amor!
Bueno, a lo que vamos, que se me pierden las alas entre tanta divagación y pechos amarillos… La columna de esta semana no llama al ardor femenino, pero sí a sentir, a besar nuevas pieles y a dejarse de las carencias acabadas. Sí, lo querías, tenías su rincón, acoplaste sus flores, sus canciones y él te quiso, mas pasó y ahora solo queda el no volver, tal vez algo de miedo y otras… que es poco el tiempo que aguantan las penas separados de otros besos, he oído. Todo es pasar, colorea tus manos y cara de azul, vuela, que está abierto el infinito, oh oh, y él no volverá más, espero.
Y, si eres de las que sufres, en silencio, sus impotencias, búscate un rey con sensibilidad y ponle paños calientes.

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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