23.9.11

**Llena de amor**


Es lo injusto del lenguaje o de la utilización que de él se hace, más bien. Si una lechuza confiesa sentirse “llena de amor”, es una cursi rematada a la que imaginamos repartiendo globos y margaritas y con pupilas en forma de corazón. ¡Guapa tú!

Si cambiamos protagonista por uno de esos seres llenito de testosterona, la cosa cambia y entramos en proposiciones más ligadas a préstamos seminales y a expresiones de mal gusto. Vamos, nosotras tontitas de amor; ellos, volviendo a jugar a confundir una cosa con la otra y siempre con el disfrute. Luego me dirán que entienden algo del amor eterno y que mantenerlo es un trabajo diario: unilateral, ¿no?

Un banco noruego nos ha casado a George Clooney con una joven embriagada, de alcohol, y es tanta la suerte que se le supone a la desposada que, al final del anuncio en el que participa el soltero de oro, remata la cosa: “Algunas personas tienen suerte en la vida, para el resto, lo inteligente es un plan de ahorro”. ¡Clooney igual a marido ideal! Ummm, voy a seguir sumando monedas.

Él mantiene sus ideales anti-bodorrios y esto me recuerda a ciertos golfillos de la mentira hispana. Toda la vida diciendo que desean viajar, vivir solos y comprarse una casa en el campo, que no pretenden a niñas inmaduras para pareja, ni las quieren cursis o controladoras, prefieren inteligencia, gustos comunes, ironía, simpatía y un poco de curvas macizas, solo un poco, y con quién acaban… ¡Vaya instinto o vaya palabra a sí mismos!

Pero el amor es así, no hay pareja perfectamente acabada, al estilo clásico, solo compatibilidades. Defectos que aguantamos y virtudes que nos complementan… del futuro ya hablaremos, que no es cuestión de empezar provocando, por lo menos de palabra y omisión. ¡Pongámonos a la obra!

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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