18.6.10

**Cinco besos sonoros**


Una tormenta bioquímica. Los hay dulces, piquitos, carnosos, a mordiscos, íntimos, simples o complicados y desagradables, muy desagradables para quien mira ¡Ahhhh, id a un hotel!

No se sabe por qué, pero lo cierto es que constituyen una prueba más en una relación o previa a. Las mujeres, también diferentes en esto, pueden, con solo besar, distinguir si el lechuzo merece la pena; aunque, tras ciertas experiencias propias y ajenas, parece que este es uno de los dones que se nos han ido caducando con la dichosa evolución.

Los científicos norteamericanos han profundizado en su motivación, significado, en el porqué. Afirman que nosotras podemos distinguir ciertas sustancias presentes en las bocas masculinas, menos oscuras que las palabras de nuestro contrincante, por eso, la lectura que hagamos de sus labios, de su boca, es un paso previo fundamental para un encuentro más interno, no tanto para un hombre: “Al grano, al grano”.

¿Alguna vez te has dejado ganar por el deseo sin besos previos? Un lechuzo podrá decir que sí, nosotras… yo es que no me veo. Un beso es algo más y no entiendo la razón, pero hay besos que pueden hasta reconciliarte con la vida, esos que te prohíben dejar de sonreír, los de las cinco carcajadas sonoras, los de la intensa cara percha.

Cuándo inventarán un Iphone que transmita besos, cuándo el Facebook te dejará sentirlos… ay, amiga, puedes creer conocerlo, puedes enamorarte en la distancia y confiar en el principio de una nueva “amistad”, mas, recuerda: si aún no sabes si te gusta, bésalo.

**Cinco besos sonoros**

Una tormenta bioquímica. Los hay dulces, piquitos, carnosos, a mordiscos, íntimos, simples o complicados y desagradables, muy desagradables para quien mira ¡Ahhhh, id a un hotel!

No se sabe por qué, pero lo cierto es que constituyen una prueba más en una relación o previa a. Las mujeres, también diferentes en esto, pueden, con solo besar, distinguir si el lechuzo merece la pena; aunque, tras ciertas experiencias propias y ajenas, parece que este es uno de los dones que se nos han ido caducando con la dichosa evolución.

Los científicos norteamericanos han profundizado en su motivación, significado, en el porqué. Afirman que nosotras podemos distinguir ciertas sustancias presentes en las bocas masculinas, menos oscuras que las palabras de nuestro contrincante, por eso, la lectura que hagamos de sus labios, de su boca, es un paso previo fundamental para un encuentro más interno, no tanto para un hombre: “Al grano, al grano”.

¿Alguna vez te has dejado ganar por el deseo sin besos previos? Un lechuzo podrá decir que sí, nosotras… yo es que no me veo. Un beso es algo más y no entiendo la razón, pero hay besos que pueden hasta reconciliarte con la vida, esos que te prohíben dejar de sonreír, los de las cinco carcajadas sonoras, los de la intensa cara percha.

Cuándo inventarán un Iphone que transmita besos, cuándo el Facebook te dejará sentirlos… ay, amiga, puedes creer conocerlo, puedes enamorarte en la distancia y confiar en el principio de una nueva “amistad”, mas, recuerda: si aún no sabes si te gusta, bésalo.

17.6.10

**Cables cruzados**


El cruce: hipnótico, sensual, la cima de toda atracción… y todo va bien. Pero las relaciones con lechuzos tienen dos polos en repulsión: razón y símbolo. La razón la pones tú, lo oculto, ellos. Novela contra poesía pura, palabras colocadas en el lugar exacto, elevado, todo pensado para la conquista, pero sin historia detrás.
Por eso, aunque te ganen las orejas y te resulten convincentes su perfección y versos, recuerda que no son más que un reflejo de lo que tú deseas que llegue y de lo que ellos jamás podrán ser. Tarde o temprano, al avatar de turno se le cruza el cable (y eso que solo es uno) y perdemos la conexión con el mundo azul para encontrarnos con un extraño más, uno de carne y hueso, un paralítico del amor de cintura para arriba.
Y a pesar del engaño, si el hombretón de turno es de fantasía y en sus posaderas deslumbra la belleza del 3D..., qué importa que sus besos no nos sepan a madurez o que un día su boca libere un “te adoro” y al otro, “adiós”; qué prefieres: verosimilitud o sueño. El amor es arriesgado, desconcertante, peligroso, a veces tan callado…
Recuerda: si una noche, un adonis del verso te recita estrofas en honor a Jovellanos o se cose a tu cintura de colmena, sonríe, coge de lo malo la alegría y señálale dónde te sientas, hasta dónde llega una mujer para juntar los imanes un ratito, que para toda una vida... tanta exaltación puede resultar algo cansina. En este cuento, princesa, ni el conejo es tan blanco ni la reina de corazones tan malvada.

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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