“No tirites de frío, tirita de placer”, una
frase de lo más publicitaria que suma San Valentín, rebajas y lucha contra el
invierno. Por qué pasar frío si están nuestros cuerpos para el calorcito, ¡ya
tú sabes!
Es
cierto que en mis alas salen granitos como reacción opuesta a tantos días
cursis cursis que nacen este fin de semana; aunque una, que es lechuza de
currículo erótico, gracias a mi persuasión y al encanto de los demás, aplaude
que febrero se coloree de rojo, el rosa chicle para otras. Explotemos a
favor de la suma de capacidades: “I’m too sexy for my love”
Celebremos,
todos juntitos y revueltos, que la vida no es justa, pero el amor a todos
llega: desgraciadicos, guapos, cutres y listicos, a los que escuchan y a los
que se tapan los ojos contra la nula capacidad estética, llamémoslos feos. Aprovechemos,
juntos, el atractivo de los besos de invierno, las ganas de mostrar y
demostrar, los claveles y flores para utilizar y tocar, palpar, recrear sábanas
de raso negro y no atenuar presuntos compañeros.
En
San Valentín, podemos vender, incluso, amores al 50 por ciento, pues no importa
la lectura de tarjetas o poemas no inventados. ¡Todo vale para tener quien te
piense en las noches del mes del amor!
Beneficio
propio, chantajes y muchos ingredientes especiales: mejoraré mi tono de voz,
modularé mis palabras y diré..., contundente, cuánto te quiero. Mi cóctel será
belleza e inteligencia, me querré para que tú me quieras, sin frenar el
atractivo de mirar a los ojos con mi capital de lecturas. Nadie podrá expresar
mi amor sin entender a Quevedo y su polvo enamorado, sin Bécquer y su poesía
del amor español, sin Machado y su pena con hilo roto, Cernuda y lo prohibido,
Aleixandre y sus “se querían”, los amantes azules, sus cánones eróticos, sus
cosas de dos.
Cachas,
pechos superficiales y profundos, atracción incompresible y no sabes por qué.
Desobediencia, enamorarse contra el tiempo y la muerte, “loco completamente por
ti”, irracional seducción la de acurrucarse en tus tiempos de conversaciones para
superar la falta de chispas constantes.
Al
final, llega febrero y uno se sorprende por los sentimientos internos y
externos: No te pierdas el movimiento de suelos, quita los plásticos de
colchones ajados, lechucilla, después de poner tanto, él ya está para ti.
Este
mes trae respuestas incluso para las veteranas de las dudas, las perdidas por
los falsos abandonos, porque, donde menos te lo esperes, está el puñetero señor
don Melón conquistando a doña Endrina. No dejes a la imaginación la elegancia
de tu erotismo. ¡Siempre, sabes!