22.8.08

**¿Productos autóctonos o foráneos?**


He escuchado, en más de una ocasión, que nosotras desconocemos todo un mundo de espléndidas sorpresas que crecen fornidas y lustrosas más allá de nuestras fronteras provincianas. Y yo me reía, confiando, pobre de mí, en que nada puede superar la grandeza de mis lechuzos zamoranos, ¡no será cierta semejante perversidad! Los hombres de vuelo ágil son un truco de la tele, un ingenio que nos permite continuar nuestro camino tras una utópica ilusión. Ja, ja, ja.

Ay, no pretendo despreciar a nuestra materia prima foránea; pero, lechucitas, desplegad las alas y escapad volando a las playas del pescadito, el helado de chocolate y la gracia del mar. Entre la manzanilla y el azahar de esta tierra fértil, el culto al cuerpo es religión y el duende del sur que tantos poetas cantaron se refleja en todo tipo de exóticos lechucitos: morenos, rubios, altos, simpáticos y, hasta, incluso, calvos, pero... adorables, al fin y al cabo.

Cuando nuestros cachitas locales afirman que eso de las tablitas de chocolate es yerma ilusión, nos mienten, amigas. El problema está en la calidad del músculo, la pobreza de la piel, la falta de hidratación, de nutrición, yo no sé; mas permitidme que os diga que los genes de la perfección se reparten lejos de nuestras denominaciones de origen y ya conozco a más de una dispuesta a darle gusto a su madre adoptando productos típicos de la huerta murciana.

¿Podremos regresar a la insulsa sencillez de nuestros paisanos? ¿Estarán dispuestos a demostrar que pueden superar su propia apatía y dejadez?

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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