1.5.09

**¿Estamos de estreno?**


Pues parece que los pajaritos cantan, las nubes se levantan y el sol enrojece labios, barbillas y carrillos… ¿los pajaritos? ¿el sol? ¿las nubes? Qué bello el mundo de las metáforas. Ay, si no fuera por esos rincones oscuros, alejados de miradas furtivas, de vecinos cotillas y de malos humos…
Qué iba a ser de estas pobres lechuzas sin la oscuridad; y quien dice noche dice gafas de sol, que, en eso, la lechuza expulsada del infierno es toda una autoridad, lo que se aprende… ya nunca se olvida, o eso espero, que la apatía no puede ser sana ni para los gatos. Caricias, mimos, arrumacos…, pero a mí no me la dan, que luego llega la época del retoce y no hay pajarillo que escape de sus jaulas afiladas. Para paseos y exhibiciones, ya están los perros.
Y es que somos así, no importa la cara que pongamos, lo mucho que arruguemos el ceño o las tortillas que nos neguemos a cocinar, si una joven reina lechuza se empeña… los moros comen cerdo, los cristianos gusanos (y esta vez sin símil desanimalizador, ag) e incluso a los sapos les sale pelo. Está claro que para cortarle la cola a un renacuajo, siempre hay tiempo.
Y el tiempo no pasa por todos, 20, 30 ó 40, son igual de escurridizos los jodíos, todo el día mojados y resbalando y resbalando. Hasta que, plash, un día te decides y cierras la tapa. Y es que el agua del Duero (lo siento, en el Esla solo encuentro lagartos de sangre fría) no es apta para el buceo, pero trae unos regalitos de vez en cuando… que me río de los afluentes, meandros y cordilleras. Lechuzas, sacad sedal y moscas, y qué vivan los cafés, los desayunos y el arroz con tomate.

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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