20.9.12

**El lado romántico**

Condenadas a sacarle partido más a la noche que al día, nadie puede tachar de otra cosa que no sea de desgracia esta dualidad que a las lechuzas nos han marcado con hierro.
Y no se crean que es fácil recorrer el camino de la sensualidad, unos días giradas hacia lo romántico y otros con las uñas en forma de garra y rascando pieles ajenas cual tiras de comida turca y peor se pone la cosa cuando una es dos en un solo momento: que si ahora te como esa boca que te deseo de una manera más que loca, que si ahora me dejo lamer suavemente y sin hacernos dañito, que si ahora te hago comprender en miles de besos toda esta ternura que las plumas han clavado en mi dermis.
Con todo esto, la vida te da sorpresas, lalala, con ellas y conmigo, lechuzas todas, y todo es perder la cabeza intentando adivinar si hoy lamemos o mordemos, fuego y agua en un mismo cuerpo, con una mente que arrastra no poder entenderse a ella misma. ¡Curioso poder, el lechucil!
Los lechuzos no podrán quejarse, malheridos solo a veces. Mas, cómo no, a nosotras nos toca la parte de la engañifa, de la distancia sentimental tan eterna con los que llevan el disimulo tan pegado a las alas que se les mete por el ombligo para nacerles por la boca. Entendámoslo, si una se topa con un señorito fino, espera que, aunque las feromonas le cambien la mirada al ritmo de la luna, la relación siga siendo con la misma persona que te “habló” aquella primera vez. Ja, no te fíes. Tienen las conquistas dentro, toman el pelo al sol y juegan con la luna hasta desmigarla como un astro despechado. Aunque, llega un día, llega, en el que no pueden dormir sin ti...

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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