3.12.10

**Miedo, tengo miedo**


Lo miras, un, dos, tres… te mira. Imaginas su voz, incluso sus ideas, y parece tan fuerte, protector, masculino; puedes dudar de sus intenciones, y dudas, y eso aún lo hace más interesante. Comienza una batalla que todas sabemos cómo termina: el secreto está en la química y esta dura lo que dura. “Tengo miedo de quererte”

Lo malo de ser ave de caza es que nos gusta el movimiento, huimos del saqueo de los ya muertos, de los sin sangre, por eso de que la rapiña no tiene gran encanto, así que, lechuzo, ¡déjate de barras y bares, ven y di "hola"! “Tiemblo de verme contigo y tiemblo si no te veo”.

No hay miedo, además de plumas, nosotras tenemos corazón, podemos enamorarnos de los que temen y de los que pierden. Pero, ya lo siento, hay lechuzas de escamas, lindos pececitos de colores que navegan a ritmo de ballenato y su contoneo de colas tiene un fin: seducir al macho, plas, plas. Y no las culpéis, todo está en su cerebro, esas hembras malvadas y bonitas no pueden querer a quien pierde una pelea. En la Universidad de Stanford han experimentado con esas aves del mar que no aman perdedores, por si ocurriera lo mismo con las de mi especie, y parece que sí. Ahora entendéis nuestra rareza: no podemos amar a los normalitos, necesitamos ganadores y despreciamos a los paquetes al fútbol, a los que no escapan de una multa, a los sinceros al mus, a los malos inversores, a quien se deja pegar o robar por un ladrón…

Como peces, nuestros hombres se exhiben, con sus cuerpos, con su valor y si el preferido gana la batalla, ¡ay, madre!, la pececita gira su cuerpo y ¡viva el placer! “Castigo que yo deseo”

Mas hoy, que pintan nieves y hielos, solo desecharemos a los tristes tocaculos y chulitos varios, porque la eternidad es muy larga y hay que entretenerse. Ya dejaremos la sinceridad para hablar de nuestra propia soledad.

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** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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