26.2.09

**Ellos pecan más y mejor**


¡Y habló el Vaticano! y qué nos querían contar, ¿algo que no supiéramos?, pues le tocaba confirmarnos que hombres y mujeres no somos iguales, tonta de mí, si no me lo recuerdan, hasta me lío con la ropa interior. Resulta que no solo nuestra capacidad amatoria y los grados de egoísmo son distintos, también lo son nuestros pecados más comunes. Que si eres mujer... te tocan los pecadillos sin glamur y si eres lechuzo: toma lujuria. Jo, esto no es justo.

Y es que a todos, de vez en cuando, nos salen unos graciosos cuernecillos de viciosos pecadores, si tenemos esa suerte. Claro que no es lo mismo ir al Infierno por pasarte de soberbia que transitar por el camino del deleite carnal. Nosotras caemos ante la petulancia, la vanagloria y la vanidad, y yo sigo sin entender por qué consideran un pecado que seamos conscientes de nuestra superioridad y hermosura... si más que lozanas lechucitas parecemos pavos reales en flor.

Y digo yo, si ellos son más lujuriosos que nosotras, las cuentas no me salen: ¡No era este el pecado de dos... o tres o cuatro! ¿el desenfreno es en soledad, de unos con unos... o quién es la golfa que está disfrutando del sátiro mujeriego que me corresponde?

Nuestro segundo pecadillo sin importancia es la envidia. ¿Nosotras, de qué? no será de los lechuzos que nos rodean. A ver, quién se atreve a decir algo, quién, que no respondo de mí (tercer pecado: ira). Ellos, os vais a sorprender, ganan en: lujuria, gula y pereza. Sin comentarios.

El jesuita Roberto Busa tendrá que revisar sus conclusiones, que me ponga una cruz en la ira porque tengo gastada la suspensión y a este paso se me escapa la fiera que llevo dentro y muerdo... ¡Yuju, lujuria!

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** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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