
Lo bueno del invierno es que te permite llenar la maleta de proyectos de futuro y de miles de cachivaches que pretendes usar en tiempos mejores y eso es algo que las lechuzas no sabemos desaprovechar. Por eso no usamos cajas cerradas, porque el equipaje que allí se encierra allí se queda… sin uso, olvidado encima del armario y con olor a naftalina.
Ahora, que llega el momento de soltar los anclajes de esas maletas dispuestas, nos damos cuenta de que el envoltorio es rojo y habla de quereres. Algunas lechuzas se asustan y usan los polvos de talco para bajar el enrojecimiento, quedándose blancas sus intenciones y muertos sus deseos de nuevos amores. ¡Una lástima el no dejarse llevar! Niñas, volved a besar y probad nuevos gustos: fresas y champán, melón y mango, frambuesa o un poco de chocolate duro y amargo, degustad esos amantes amigos que adivinan los deseos.
Y si no comprendéis todo lo que implica el bisílabo amar, podemos imitar a los chinos y trasladar a las españas sus clases de amor. ¿Los estudiantes universitarios de Pekín van a conocer sobre el papel las “relaciones amorosas” como parte de su una asignatura llamada Educación mental.
¿Pensarán sus maestros que estos temas sentimentales nacen de la razón?, ¿que es convencional? Permítanme que lo dude, el racionalismo amarillo entre mis amigas aladas tiene más relación con el rojo simbolismo, por el empirismo que se olvida de conveniencias.
¿Pensarán sus maestros que estos temas sentimentales nacen de la razón?, ¿que es convencional? Permítanme que lo dude, el racionalismo amarillo entre mis amigas aladas tiene más relación con el rojo simbolismo, por el empirismo que se olvida de conveniencias.
Con la Pasión, no hay vueltas, no hay rencores, no hay experiencias pasadas... solo maletas rojas.
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