17.8.09

**Démonos prisa que el verano se termina**


Todos los años, llegado este momento, los solteros zamoranos viven, al menos, una jornada de reflexión, y es que, tanto trote, resulta agotador. Es entonces cuando nos preguntamos si aún queda alguien por conocer, descubrir, desear...
En verano, son agotadoras las palabras y, en la noche, solo hay ocasión para chocar miradas. Tomamos aire, respiramos profundamente y continuamos con esa tarea de dejarse embelesar. Y qué bien han hecho el gimnasio, las pesas, el piragüismo... Pues, no nos equivoquemos, las lechuzas somos muy intuitivas, nosotras no apreciamos músculos, vemos más allá... No son los pectorales de Antonio, ni los muslos juveniles de Roberto, ni los valores de Marcos, ¡hombre, no!
Y es que, nos guste o no, esta época de hormona caliente, nos convierte en actores de un mismo espectáculo voyerista.
Y en los pueblos, qué les voy a contar, naturaleza pegada a la piel, a la carne y a los toros. Así, las tornas parecen cambiar, los cardos pican en la capital y los primeros espadas esperan tras las barras de las generosas peñas rurales. ¡Ole, el pasodoble español!
Ya tendremos tiempo para esos fríos días en los que nos tocará besar y añorar solo a uno, el mítico, el único, el lechuzo elegido. Volveremos a ser las que piensan demasiado, las que dan siempre las mismas vueltas, las que controlan y hablan de más. Ellos, mientras, solo serán, una vez más, nuestros vecinos de Marte, de orejas verdes e incapaces de escuchar.
Lechuzas, démonos prisa, que las fiestas del cero cero amor se terminan. Para recordar mejor mañana, ya controlaremos... las fotografías.

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** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
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