
Genial, sensual... No sé por qué no me sorprende eso de que los españoles encuentren su mayor placer en hartarse de comer, en saciar sus impulsos a fuerza de tortillitas, paellitas y gambitas varias.
Y, entre todos los alimentos que nos llevan al pecado, nos gana el chocolate, y es que las lechuzas también entramos en la encuesta, y puestos a sustituir... Porque, no nos engañemos, para que lleguemos al clímax físico, necesitamos un entorno satisfactorio, un comensal avezado, buena combinación de ingredientes y técnica a fuego lento, y si es en horno de leña, mejor que mejor. Y, con el manjar negro, nos ahorramos tanta búsqueda infructuosa y desilusión final, viene todo bien empaquetado y se derrite por tu boca, sin esfuerzos, sin engaños y desde el primer momento, sin tener que esperar que los años lo maduren o mejoren su sabor.
En el orden de los deleites: la comida, la familia, viajar, el chocolate y el sexo.
Este estudio, realizado por el sociólogo Javier Barraycoa entre 8.351 personas, concluye que las mujeres encontramos con más facilidad los caminos del disfrute. Quizá por nuestra capacidad de automimarnos, o porque hemos evolucionado hacia una superior inteligencia emocional, que nos permite comunicar deseos, identificar problemas, conmovernos y, sobre todo, fantasear.
Nosotras evocamos, idealizamos, soñamos, ellos siguen siendo fantasmas del: “No quiero hacerte daño y que te cueles por mí”. Mira, la risa, otro inefable placer.
Y, entre todos los alimentos que nos llevan al pecado, nos gana el chocolate, y es que las lechuzas también entramos en la encuesta, y puestos a sustituir... Porque, no nos engañemos, para que lleguemos al clímax físico, necesitamos un entorno satisfactorio, un comensal avezado, buena combinación de ingredientes y técnica a fuego lento, y si es en horno de leña, mejor que mejor. Y, con el manjar negro, nos ahorramos tanta búsqueda infructuosa y desilusión final, viene todo bien empaquetado y se derrite por tu boca, sin esfuerzos, sin engaños y desde el primer momento, sin tener que esperar que los años lo maduren o mejoren su sabor.
En el orden de los deleites: la comida, la familia, viajar, el chocolate y el sexo.
Este estudio, realizado por el sociólogo Javier Barraycoa entre 8.351 personas, concluye que las mujeres encontramos con más facilidad los caminos del disfrute. Quizá por nuestra capacidad de automimarnos, o porque hemos evolucionado hacia una superior inteligencia emocional, que nos permite comunicar deseos, identificar problemas, conmovernos y, sobre todo, fantasear.
Nosotras evocamos, idealizamos, soñamos, ellos siguen siendo fantasmas del: “No quiero hacerte daño y que te cueles por mí”. Mira, la risa, otro inefable placer.
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