5.1.09

**Fanáticos del autoengaño**


Sucedidos los años, una, con sus bien vividas primaveras, mantiene la sonrisa y la ilusión, salvo un día al año, un día para los niños, un día en el que encontramos la belleza en la mentira y nos obligamos a creer en lo imposible. Es entonces cuando soy consciente de que hay cosas que nunca volverán, de que lo que no se vive pasa y que el instante que no se disfruta, por miedos, por vergüenza, por desconfianza se pierde en el pasado, en el recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
Los gestos de los más pequeños me saben a desengaño y crueldad, al desvelo del que no quiere ser despertado, a la quiebra del hechizo. Y recuerdo cuando el amanecer era el principio del misterio y no el final, esos minutos en los que no existía ni moderación ni envoltorios ni desplantes y disfrutábamos de un territorio virgen de la realidad.

Hoy tengo la certeza de haber perdido mucho y, aún así, sigo envolviendo, la incertidumbre y la negación, con lazos de colores que deforman mi propio callejón del gato y preparan mi sencilla maleta para guardar del presente todo lo que no deseo que sea pasado y confiar en el futuro.

Pero, tranquilos, mañana me despertaré y la niebla me regalará recuerdos de otros tiempos y llaves que abren nuevas encrucijadas y risas, y, admitámoslo, aún el espejo no evidencia mis arrugas, y puedo presumir de tener lo mejor de tantas cosas… Lo demás podré revivirlo, aunque solo sea una vez al año.

Y todo esto para que envolváis vuestros regalos y me los dejéis en la puerta con un simple “hola, a pesar de todo, sigo estando aquí”.

Siempre podré culpar a la niebla y... a Gaspar.

No hay comentarios:

** LAS LECHUZAS PUBLICADAS **

 
masdeseisosiete