
Las comparaciones siempre son odiosas, sí, no vamos a negarlo, y las lechuzas somos muy mañosas en aplicar un examen detallado a cualquiera que se haya atrevido a ocupar nuestro lugar: “Pues yo soy más guapa, tiene pinta de ser facilona o más tontita...” o lo que sea, el caso es buscar consuelo y sacar las garras ante esas contrincantes tan inoportunas, pero lo cierto es que algo tendrán que las hace pisar más fuerte y triunfar. Debe de ser como lo que pasa con la calidad del esperma de los españoles.
Según un estudio realizado por el Instituto valenciano de la infertilidad, el semen de nuestros lechuzos patrios está en la cola de entre los europeos: somos novenos en volumen y décimos en movilidad y concentración, superando, solo, a belgas y a turcos, lastimica.
Pero, a pesar de ser de los lentitos, de estar peor dotados y ser más gandules, resulta que, cuando se ponen a la tarea, cumplen. Y no se complican ni con carreritas ni con zarandajas, directos al grano y ofreciendo lo mejor de sí mismos. Y, si son pocas sus cualidades físicas, no importa, ahí van, directos a la meta y ganando al esprín. Nuestros machotes son los segundos en capacidad para lograr la gestación, ¡oleee! Y es que, cuando uno de los nuestros se pone, se pone de verdad, y otra cosa no tendrán, mas, a cabezones, no les gana nadie.
Comentan, los investigadores, que esta curiosidad es resultado de la alimentación, la vida saludable y la menor incidencia del estres en nuestro país. Vamos, que las madres españolas nos los legan mal educados pero apañados y sanotes, algo es algo.
Y es que la vida es así, da igual como seas, la apariencia, tus formas, tu inteligencia, los que vencen y conquistan son los que están más dispuestos a luchar por lo que quieren.
Nothing compares to you
1 comentario:
Navidad, Navidad...
Ay, ¡qué bonita la nieve!
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